lunes, 28 de abril de 2014

Noches en vela

Termina la jornada laboral, termina la tranquilidad de la mente a pesar de las diez horas de acción ininterrumpida de cálculos, revisiones de normas nacionales e internacionales; documentos todos llenos de palabras tan ajenas, tan distantes, tan indiferentes, pero acaso lo que necesita mi cabeza para poder crear un vacío, un silencio en medio del rumor y la bruma de conceptos espetados por otros tantos como yo que hacen las similitudes perfectas de muertos vivientes, sólo que ellos al parecer desconocen su condición y eso les da una gran ventaja: disfrutan su ignorancia e inocencia o candidez, son de alguna manera felices...

Resignado de no poder alcanzar ese estado y con ello me refiero a ser feliz de tal forma que no pueda distinguir si se tratase de una nueva etapa de inocencia o si mi estupidez ha alcanzado niveles insospechados por mi ser y ese imbecilidad me confiera lla facultad de reír tierna y abiertamente en medio de los estertores torácicos y nasales que me llevasen de igual manera a la expulsión súbita de grandes cantidades de baba con los que podría esprear la cara de mis interlocutores de ocasión... Definitivamente sería todo un acontecimiento!

No hay comentarios:

Publicar un comentario